RECONOCIENDO LA ANSIEDAD
¿QUE HAGO CON ESTAS EMOCIONES QUE ME DEJAN PARALIZADO Y NO ME DEJAN AVANZAR?
¿SERA ANSIEDAD?
¿CUALES SON LOS SINTOMAS?
La ansiedad es una problemática atemporal. Hay profesionales que la consideran un trastorno propio de nuestro tiempo, una problemática actual debido al estilo de vida moderno y a la constante búsqueda de lo inmediato. Sin embargo, es cierto también que la ansiedad existió siempre.
La ansiedad tiene muchas formas. Y se presenta de diversas maneras. Y ante situaciones diferentes.
La ansiedad que viva una determinada persona es diferente a la vivida por otra persona; cada uno tiene sus matices e intensidades que dependen de la personalidad y la subjetividad de cada uno.
Se trata de una aparición temporal y aislada de miedo o malestar intenso, acompañada de cuatro o más síntomas entre los cuales se enumeran palpitaciones, sudoración, temblores, fatiga, sensación de ahogo, náuseas, inestabilidad, mareo, desmayo, parestesias, apnea, etc. Estos síntomas por separado y porciones de tiempo determinadas no constituyen un diagnóstico determinado.
Hay diferentes ‘subtipos’ de ansiedad entre las que se enumeran la agorafobia, ataque de pánico, fobia específica, etc. Cada experiencia es diferente.
La ansiedad es una reacción emocional. Y como una reacción propiamente dicha se desarrolla ante un estímulo, que en el caso de la ansiedad llamaremos eventos desencadenantes. Dicha respuesta o reacción emocional es necesaria para la supervivencia del ser humano. Es decir, la ansiedad tiene un componente de protección y por lo tanto de saludable: es una respuesta emocional que intenta proteger a la persona ante un peligro, ya sea real o imaginario.
Hay situaciones en las cuales la ansiedad alcanza niveles de intensidad poco manejables para la persona, ocasionando una serie de síntomas que se sufre en el cuerpo.
Si existe una forma sencilla de definir la ansiedad es el temor a que algo malo suceda. Esto conlleva a una sensación anticipatoria que produce una serie de síntomas físicos y emocionales relacionados a lo que suponemos que va a salir mal. Es importante recalcar el sentido temporal de esta situación: la ansiedad es el miedo a algo que aun NO ha ocurrido y que suponemos que en el futuro nos va a producir angustia. La ansiedad es un exceso de futuro, asociado a una dificultad para mantenerse en el presente. El querer evitar ese malestar (por aquello malo “que va a suceder”) lleva a la persona a un terreno de pánico, en donde cada vez que se piensa en lo que va a suceder y se busca evitar que suceda, la persona se encuentra desvalida, porque confirma que no se siente con los recursos necesarios para hacerle frente a esa eventual situación.
Podemos decir entonces que una forma de definir la ansiedad es el miedo al miedo. Miedo a la angustia.
La persona se siente con una incapacidad, “soy incapaz de enfrentarme a esto”, y por lo tanto el cuerpo reacciona con una serie de síntomas que intentan protegerlo. Es por eso que debemos empezar por reconocer que la ansiedad en sí no es del todo “mala”, ya que se trata de una respuesta protectora. En términos de quien la vive la ansiedad es una sensación que llega sin aviso, de la nada. Un estado general de molestias físicas, emocionales y mentales. Un estado de miedo, inquietud, angustia, confusión. Una sensación de creer no tener control sobre uno mismo. Sin capacidad de tener poder sobre el cuerpo y la mente.
Posiblemente se viva como un oleaje de emociones incontrolables, que abruman y ahogan. Que en algunos casos la persona puede sentir incluso que puede morir.
Voy a compartirte algunos tips...

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